CONSTRUYENDO CIMIENTOS QUE PERDUREN
Domingo, 3 de noviembre de 2013
Cuando los terremotos ocurren, se puede medir la calidad de los cimientos de un edificio. Estos sismos dan la oportunidad para saber si los materiales, la forma en que se construyó o en el terreno que se estableció tenía lo necesario para resistir embates tan fuertes.
Nadie puede negar que la fortaleza de un edificio está en que hayan cimientos sólidos. Su fuerza estructural de abajo hacia arriba depende que no se destruya de arriba hacia abajo.
En el caso de los seres humanos, los terremotos de la vida le permiten descubrir de que están hechos. ¿Sobre qué construimos nuestras vidas?
¿Sabe qué? TODOS pasaremos por terremotos en nuestras vidas. Al igual que en las tormentas y tornados, Dios tiene refugios para nosotros cuando los terremotos lleguen a nuestras vidas.
Dios nos dice hoy:
“E invócame en el día de la angustia; te libraré y tú me honrarás.” Salmos 50:15
Dios quiere que los busquemos en nuestros momentos de aflicción pero nosotros insistimos en hacerlo a nuestra manera. Intentamos resolver los problemas nosotros solos y luego cuando no nos queda más remedio, cuando nuestra vida comienza a desmoronarse y nuestros recursos se acaban, nos acercamos a Dios y le decimos: “Bueno, lo he intentado casi todo y no me ha funcionado, ¿me podrías ayudar?”
Asumir esta actitud no es la respuesta correcta. Nuestra primera respuesta a los terremotos y momentos de aflicción en la vida, debe ser la oración. Dios nos dice: “búscame a mi primero, eleva tu clamor y oración a Mi, Yo estoy a tú lado.”
¿Cómo puedes estar seguro que Dios es el centro de tu vida? ¿Cómo puedes saber que Dios es lo que sostiene y es el cimiento de tu vida? ¡Cuando dejas de preocuparte! Preocuparte es una señal que Dios ha dejado de ocupar el primer lugar y algo o alguien lo ha sustituido como centro y cimiento de tu vida.
Yo se lo que te estoy diciendo. Las veces que me he preocupado, he pensado que yo soy el centro, de que se trata de mí, he olvidado que Dios es el Dueño, que Él es soberano y que TODO se trata sobre Él. Él sabe lo que hace. Siempre que Dios sea el primero y lo reconozcamos como Él primero; juntamente con la prueba, con la crisis, con la pérdida, con la situación adversa y con la tentación, nos dará la salida.
Cada vez que nos preocupamos, perdemos nuestro refugio y nuestra fe se desvanece.
Mientras TENGAS VIDA, TENDRÁS PROBLEMAS. Sin embargo, hoy más que nunca, de lo más profundo de mi corazón te digo: ¡JESÚS te acompañará EN TODAS TUS AFLICCIONES Y NUNCA TE DEFRAUDARÁ!
David no lo pudo expresar mejor:
Si el SEÑOR no me hubiera brindado su ayuda, muy pronto me habría quedado en mortal silencio. No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, SEÑOR, venía en mi ayuda. Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi *alma de alegría. Salmos 94:17-19
Puede que en estos momentos te encuentres en el terremoto más grande de tu vida y tus cimientos se vean sacudidos y te estés preguntando: “Aguantaré este embate. La fuerza de este terremoto es demasiado fuerte para mí. No sabré si lo resistiré.”
Quizás tú no seas el causante de este terremoto y te preguntas por que Dios lo permite. Te adelanto que quizás no lo sepas hasta que estés en la eternidad con Él en el cielo. Yo lo que te recomiendo y es lo que he aprendido en mis terremotos, que en vez de preguntar por qué a mí, me pregunto y por qué no a mí.
Yo aprendí lo que aprendió el Salmista David: Él ME SOSTENDRÁ en Sus brazos y NUNCA dejará de protegerme.
¡Y a ti tampoco!
¡Dios te Bendiga!
Pastor Félix Cabrera (@PastorFelixC)